Los 3 del Apocalipsis

¿Cuál es el margen de error dentro de las tarjetas de los jueces que actúan alrededor del ring y otros que a través de la TV y demás medios electrónicos que interactúan de manera simultánea con los fanáticos durante un gran combate? Eso nadie lo sabe, pero más que un número es una triste realidad, ese margen es tan amplio que pierde el nombre y no resiste el mínimo análisis sin entrar en el terreno de la especulación de la existencia de una mafia organizada y desvergonzada capaz de dar la votación que se le antoje o que favorezca sus intereses, caiga quien caiga en Las Vegas.

La del sábado lleva su picante, por cierto mexicano. El pleito de Saúl “El Canelo” Álvarez y Miguel Cotto no fue lo sangriento ni salvaje que muchos esperaban, pero sí lo suficiente competitivo y limpio encima del cuadrilátero, pero muy desfachatado, insolente, debajo de las tablas. Los tres jueces actuantes fueron ejemplo de burla e inmoralidad, a tal punto que nadie puede hablar esta vez de apreciación, quizás de ridiculez, para poder ayudarlos un poco y tirarlos al saco de la corrupción de inmediato.

¿Cómo es posible que todos, sin excepción, hayan visto una pelea pareja, con muy poco margen sin importar el ganador, y que los tres jueces hayan visto un margen tan amplio entre uno y otro, tanto que el que la vio más cerrada tuvo una distancia de seis puntos entre el ganador y el perdedor. Jajajajajajaja.

JINETES DEL APOCALIPSIS: Las agencias de prensa afirman que “el pleito estuvo siempre muy igualado hasta la recta final cuando se impuso el mayor poder físico de Álvarez”, sin embargo, fue Cotto quien conectó sus mejores golpes y boxeo a la perfección en los últimos tres episodios, de forma especial en el último, el que ganó con belleza y sin discusión, esperó la campana final golpeando a su rival. Vi la sonrisa dolorosa, pero feliz, de Freddie Roach, quien creía que había coronado con la victoria su trabajo con Cotto, una tarea difícil, llena de madrugadas sobre el hielo y noches sin dormir estudiando videos a pesar de su Mal de Parkinson indomable, que lo va paralizando (no respetaron el trabajo de este místico hombre); sin ninguna vergu¨enza anunciaron un nuevo campeón con un veredicto de 117-111, 119-109 y 118-110, números que parecen ya hechos en una oficina. ¿Hasta cuándo el boxeo vivirá con este cáncer? Estos jinetes del Apocalipsis, los “encapuchados” de oficinas, que pagan a gente como Burt A. Clemments (118- 110), Dave Moretti (119-109) y John McKaie (117-111), deberían ser investigados y ellos también… ¿dónde estaban, qué pelea vieron, recibieron sobornos para votar así? La respuesta es tan amplia como su margen de error.

VOCES: Muchos de los seguidores del Canelo dicen: “ganó, pero no tan amplio”, hay hasta quienes aceptaban un empate para favorecer al Canelo, que recibió una cátedra de boxeo y a pesar de sus ventajas físicas y de juventud, vio sobre la superficie sus defectos técnicos. Julio César Chávez Jr., eufórico, salió a defender a Canelo, a decir que había ganado, “por una votación estrecha, pero ganó”, jajajajajajaja. ¿Entonces, por qué estos tres profesionales, estos jueces, por qué los tres, todos votaron así?.

LO IDEAL: Qué bueno hubiese sido un empate y medirlos de nuevo en mayo, qué bueno hubiese sido que ganara Cotto, por decisión mayoritaria y diferencia de un punto y dos; o que hubiese ganado Canelo por ese mismo margen, que bien hubiese quedado el boxeo sin olores a mafia.