Juegos sin hits

El pasado domingo Jake Arrieta logró el sexto juego sin hits de esta temporada. Esto provocó que se activaran alarmas en el sentido que lo que se consideraba una hazaña poco común dejara de serlo. Revisando la historia reciente es indudable que este año ese acontecimiento ha sido muy frecuente, llegando incluso a un total que en este siglo no se había alcanzado. En el 2010 y el 2012 se lograron cuatro y en la campaña pasada tres. De hecho, la centuria se inauguró sin que se lanzara un partido de esa naturaleza en la campaña del 2000, algo que también sucedió en el 2005. Inclusive, entre el 2000 y el 2005, en seis estaciones, se consiguieron la misma cantidad de juegos sin hits, seis, que las que se han logrado este año. Y todavía este no ha terminado. Me refiero, obviamente, a los partidos en que los ganadores contaron con un solo lanzador, no en los que se obtuvieron colectivamente.

Aunque la tradición le otorga el honor del juego sin hits ni carreras al lanzador, un simple ejercicio de lógica indica que realmente la proeza es de naturaleza combinada, la parte defensiva juega un papel fundamental convirtiendo, en la inmensa mayoría de los casos, muchos batazos que debieron ser hits en outs. Esta conclusión conduce a una posible explicación de la proliferación de los juegos sin hits. Han ocurrido una serie de avances en la forma como se desarrollan físicamente los atletas que practican el béisbol que han mejorado considerablemente la eficacia de la defensa. A eso se agrega que la calidad de los terrenos es muy superior a la de antaño. Con ese tipo de respaldo al lanzador se le dificulta menos eliminar a los bateadores, sobre todo cuando no posee las condiciones para ponchar. La defensa es una extensión del pitcheo que contribuye a mejorarlo o empeorarlo, pues cuando no es buena, deja que se conviertan en hits muchos batazos que debieron ser outs.

SEGURIDAD Y ALCANCE Lograr combinar como campo corto un promedio de fildeo de más de .990 y un Factor de Alcance por encima de 5.00 es una indicación que las habilidades defensivas de un jugador de esa vital posición contribuyeron excelentemente a favor del equipo. El primer renglón mide específicamente la seguridad de no cometer errores y el segundo las veces que tuvo éxito en jugadas en relación a las entradas jugadas en la posición.

Que un torpedero lograra esa combinación ocurrió por primera vez en 1989, y fueron dos los que lo consiguieron, Tony Fernández (.992/5.32) y Cal Ripken, Jr. (.990/5.07), con Azulejos y Orioles respectivamente. Desde entonces ha ocurrido otras cuatro veces, con tres protagonistas, Rey Sánchez en 2000 y 2001 lo concretó consiguiendo .994/5.03 y .994/5.04 en cada una de esas campañas, además Mike Bordick con los Orioles en 2002 (.998/5.07) y Troy Tulowitzki en 2011 jugando para los Rokies alcanzó .991/5.05. En ese 2002, Bordick actuó en 1,007.2 episodios como campo corto de los Orioles y en 568 oportunidades cometió un solo error. Esto es una marca de gran dimensión muy poco pregonada.

PICADERA .......Danny Salazar mantiene este año una proporción de ponches propinados por encima de 10.0x9EL. Ningún dominicano finaliza con un promedio como el señalado desde que Pedro Martínez lo alcanzó en 2002............Los resultados con el tratamiento psicológico al que fue sometido Yordano Ventura han sido muy positivos. En sus últimas cinco aperturas ha descendido su PCL de 5.29 a 4.24...........El brazo de Miguel olivo se sintió vigorosamente en la pasada temporada mexicana. Hizo out a 25 de 52 corredores que intentaron robarle una base, para un excelente 48.1% de éxito........Este año Andrelton Simmons, el campo corto de los Bravos, solo ha cometido 4 errores en 544 oportunidades, J.J. Hardy tres en 363, y Johnny Peralta cinco en 499 para promedios de fildeo de .993, 992 y .990 respectivamente........