La "ruptura creativa"

En estos tiempos en que el periodismo se ejerce en multiplataforma, el principio de la "ruptura creativa" apasiona a los editores que han aceptado el reto de reinventar los periódicos tradicionales.

Para mí, que he asistido a los dramáticos cambios que ha experimentado el mundo de las comunicaciones sociales durante medio siglo, la experiencia de fusionar la edición digital con la impresa me convence de que no hay retos insuperables en este campo.

Mucha gente cree que en la medida en que las actuales y venideras generaciones disponen de nuevas herramientas y formatos digitales, el periodismo tradicional perderá espacio y audiencia.

Pero esto me parece ahora un pronóstico simplista, porque el periodismo no es simplemente un oficio sino un servicio y, como tal, tiene capacidad para hibridarse en cualquier plataforma y cumplir con las expectativas que tiene de él la sociedad, cualquiera que sea.

El secreto está en la "ruptura creativa" para saber combinar, como lo hacen los sonidos para producir música, los contenidos informativos del diario tradicional con los de sus plataformas digitales, compatibles aunque diferenciados.

El lector que va a nuestros diarios busca contenidos que van más depurados a la web, mientras que los de la web llegan como masa nutritiva de información a los impresos, donde se organizan, se procesan, se verifican y se comprueban y se les pueda dar una dimensión que no encaja en el modelo de la brevedad y la actualidad de las redes.

Los periodistas están descubriendo ahora que es posible nutrir de gráficos y vídeos o animaciones las notas que despachan al digital, y que a través de la retroalimentación que nos ofrecen los medidores de audiencias pueden dirigir los focos de su atención a los asuntos que generan más atención e interés del público, dándoles la profundidad de campo que ameritan para una buena orientación e información de la sociedad.

Una ventaja que no teníamos antes.

Eso permite tener un mejor encuadre de los intereses del lector, a quien podemos proveerle los elementos y ángulos de un problema con más hondura y calidad. De ese modo, combinamos el esfuerzo de llegar a más audiencias en el digital y a más lectores de clase y exigentes en el impreso.

Esta ruptura creativa no significa romper de cuajo con un estilo y una misión, sino hacer del periodismo multiplataforma la mejor opción informativa del presente y del futuro.

Como espejos que reflejan lo que acontece en la sociedad, los medios tradicionales siempre han sido consecuentes con el compromiso de trabajar con realidades, no con superficialidades ni con banalidades que se evaporan rápido en un espacio etéreo.

Tienen que seguir conectados a las necesidades de la ciudadanía, a la defensa de las libertades humanas y por ende del régimen que las garantiza, que es la democracia, y servir a ellas.

Jamás deben renunciar a su papel de ser ojos, oídos y voz del pueblo, como celosos guardianes de esos altos objetivos. Y todo eso se puede lograr en su propia plataforma o en las demás que interactúan con él.

Eso creo.