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EDITORIAL

Carla Massiel: que se devele el misterio

Si uno de los imputados de la desaparición de la niña Carla Massiel Cabrera Reyes ha declarado públicamente que en este caso hay, de por medio, un asunto de extracción de órganos humanos, el deber de las autoridades judiciales y policiales es el de escudriñar más a fondo para develar si esto es verdad.

De lo que quedan pocas dudas es de que la niña fue asesinada, hasta prueba en contrario.

El nexo que confiesa el imputado Dawin Jose Trinidad entre la desaparición y lo que él llama los intereses de poder que giran alrededor de una probable extracción de órganos constituye un punto de partida en el esfuerzo de esclarecer el misterio.

Inclusive, su afirmación de que está cooperando con las autoridades del ministerio público y el hecho de que estas y los investigadores policiales hayan realizado al menos tres operativos de descensos forenses en el lugar donde han sido encontradas algunas osamentas, le da fuerza a la presunción del asesinato.

La propia familia de la malograda niña ha admitido que el imputado Dawin Trinidad les pidió reiteradamente el pago de 500 mil pesos para revelar su paradero, lo cual es otro indicativo que refuerza estas presunciones.

Se explica y se justifica que las autoridades mantengan el secreto de sus investigaciones para que ningún elemento las entorpezca y que por tal causa no hayan mencionado, por el momento, el nombre de una clínica allanada recientemente, y la razón misma de este allanamiento.

En esta parte del proceso, el imputado ha confesado que “hay muchas cosas confidenciales que no se pueden decir por ahí, porque quizás la vida mía corra riesgo”.

La responsabilidad del Procurador General de la República es la de salvaguardar la integridad del imputado para que este pueda, en la cooperación que está dando a los investigadores, decir todo lo que sabe sobre el episodio y llegar a la verdad definitivamente.

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