Pokemón-Go, pros y contras

El fascinante y contagioso juego de realidad virtual Pokemón Go, que cada día va atrapando entre sus encantos y misterios a niños y adolescentes de todo el mundo, como si fuera una epidemia, ya está entre nosotros.

Y vale la pena tomar en cuenta, con las primeras experiencias que esta fiebre ha dejado en los Estados Unidos y otros países, sus pros y sus contras, para que los usuarios sepan a cuáles consecuencias se arriesgan si la convierten en una adicción o hasta en una forma rutinaria de vida.

El primer efecto que ha tenido este juego ha sido, tal vez sin proponérselo, el de sacar de la modorra y el aislamiento a millares de jóvenes cuya adicción al mundo virtual los encierra por horas y días en sus hogares y ofrecerles una diversión que es sana por un lado, pero con riesgos.

Uno de sus pros es que al situar para la búsqueda de los monstruos lugares que son centros de cultura y enseñanza, jardines y parques hermosos, así como monumentos con historia, acercan a sus usuarios a una realidad y una oportunidad de conocimientos que tal vez no apreciaban.

Pero entre sus riesgos está que al concentrarse con las miradas bajas y fijas en la pantalla de sus teléfonos móviles, donde descargan la aplicación tecnológica, se distraigan y sufran accidentes, o que en el afán por perseguir a los monstruos del juego invadan hogares, oficinas y otros sitios privados o no autorizados.

Ya se han producido incidentes peligrosos. En Alemania, un individuo se apeó de un tren en movimiento para ir al lugar donde lo esperaba el monstruo virtual. Y murió. Ayer, un ciudadano le entró a tiros a varios jóvenes, en una ciudad de Estados Unidos, que merodeaban por su casa jugando Pokemón Go.

Y se narran ya las historias de delincuentes que, al conectarse en las redes de los usuarios y conocer los lugares donde estos concurren, acuden para robarles sus móviles o cualquier otra pertenencia, y es por eso que en el caso dominicano los niños y adolescentes mayores deberían afinar sus precauciones, ya que estamos inundados de delincuentes de toda laya.

Los padres y los maestros y la misma autoridad llamada a proteger la seguridad ciudadana deben estar atentos a la evolución de este fenómeno en el país, sobre todo en lo que concierne a los peligros potenciales que implica sumergirse en el juego virtual, es decir, en otra realidad, descuidando la real y verdadera que tenemos todos los días en nuestras calles.