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Hamlet Hermann, un rebelde a toda prueba

El patriotismo se cultiva y se demuestra de muchas maneras, tal como lo hizo el ingeniero Hamlet Hermann a lo largo de su vida. O defendiendo la nacionalidad y la constitucionalidad, con las armas en la mano, o contribuyendo con su talento, con sus ideas y con su trabajo, a todo aquello que implicara el engrandecimiento de la patria.

He aquí que su paso por la vida quedó marcado por estos roles, y sobre todo por su natural y auténtica rebeldía contra los abusos, la inequidad, la mediocridad y las imperfecciones que todavía hay que superar para que la sociedad se modernice y fortalezca un sistema político, económico y social más humano y justo.

Tanto en la cátedra universitaria como en su ofi cio profesional de ingeniero, Hamlet Hermann siempre fue sobresaliente. Lo mismo puede decirse al evocar sus luchas contra la intervención militar de 1965, su corajuda participación en la expedición guerrillera del coronel Francisco Alberto Caamaño y sus valiosos aportes a la solución del problema del tránsito y el transporte como fundador de la Autoridad Metropolitana de Transporte.

Conocedor de los sistemas viales y de transportación, Hermann hizo excelentes aportaciones para la confi guración de un sistema y una política adecuada en estos aspectos, pero al mismo tiempo aportó sus juicios críticos para denunciar injusticias, tramposerías o desatinos políticos y para orientar a la opinión pública sobre palpitantes asuntos en el orden internacional.

Vivió siempre con la rebeldía de los jóvenes y de ahí la vitalidad y el entusiasmo con que, hasta el último día de su existencia, defendió a rajatablas las causas sociales y morales a las cuales se abrazó.

Es una pérdida para el país su desaparición física, aunque su ejemplo se convierte en acicate y luz para animar a los que aspiran a vivir en una patria libre y soberana, pero al mismo tiempo dinámica y robusta en su marcha hacia el progreso.

Paz a sus restos.

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