Demasiados sospechosos por estos predios

En las últimas semanas, las autoridades de varios países caribeños y de América Central han arrestado a ciudadanos sirios con pasaportes falsos intentando viajar, aparentemente, hacia Estados Unidos y Europa, lo que despierta de inmediato numerosas sospechas y conjeturas.

En la mayoría de los casos, los pasaportes falsificados habían sido sustraídos en Grecia, un país profundamente penetrado por oleadas de inmigrantes que huyen de los conflictos bélicos de Siria y Turquía o por extranjeros que pagan a los traficantes de personas para que los lleven ilegalmente a varios países de Europa.

En ese flujo se han colado militantes del grupo yihadista Estado Islámico y de otros frentes terroristas, expresamente dirigidos hacia aquellas naciones occidentales que los combaten en el terreno militar en las regiones árabes y asiáticas, como parece confirmarse con la participación de varios de esos militantes en los sangrientos atentados en Francia, Líbano, Egipto y otros países.

Tres sirios con pasaportes falsos fueron detenidos en la isla caribeña de San Martín con pasaportes falsificados griegos el 16 de noviembre; dos días después, otros cinco fueron detenidos, también con pasaportes falsos griegos en Honduras, cuando intentaban viajar a Estados Unidos, tras llegar desde El Salvador; y cuatro sirios fueron detenidos en Punta Cana el mes pasado, con las mismas características de ocultación, en tanto que ayer fue atrapado en el aeropuerto Las Américas un palestino que intentaba viajar a Colombia, con pasaporte falso.

Por igual, en estos días la Armada Dominicana detuvo una embarcación que iba con varios ciudadanos hindúes y de otras nacionalidades aparentemente con el propósito de alcanzar las costas de Puerto Rico, agregándose así a otras experiencias anteriores de intercepción que han hecho las autoridades navales del país en embarcaciones que transportan extranjeros.

Esta cadena de detenciones es prueba suficiente para que las autoridades dominicanas extremen aun más sus medidas de control en puertos y aeropuertos y en la misma zona fronteriza, para evitar que nos convirtamos en un coladero de terroristas o en puente predilecto de aquellos que, en nombre de una causa, han decidido infiltrarse en grandes naciones para atacarlas a través del terror, como ha dicho el Estado Islámico que lo hará frente a los “infieles” del mundo.