Un plazo fatal para los incumplidores

Mañana vence el plazo que se les ha dado a todos los funcionarios que aún no lo han hecho para que presenten formalmente su declaración jurada de patrimonio, conforme lo ordena la ley 311-14.

Da pena que para hacer cumplir una ley tan importante dentro del contexto de la transparencia a la que está obligado todo servidor del Estado todavía haya que publicar repetidos avisos en la prensa, por parte de la Cámara de Cuentas, recordándoles esa obligación.

Debió ser la misma Presidencia de la República y las presidencias de los demás poderes del Estado las que se pusieran fuertes y exigentes con los funcionarios apáticos que hasta el último momento han ignorado este elemental deber.

Los funcionarios en falta no pueden alegar dificultades, pues existe una vía electrónica para registrarse y llenar los formularios y para adjuntarles los debidos documentos que avalen sus bienes.

Si no han cumplido este procedimiento es por holgazanería o por alguna dificultad que han tenido para transparentar sus patrimonios.

O, en el más indeseable de los casos, por algún ejercicio de tramposería para hacer figurar más patrimonios que los reales, una manera que en el pasado parecía dar carta blanca al robo o distracción de dinero y o bienes públicos.

La ley reserva sanciones y penalidades a los que falsifican su real patrimonio, sea hacia la baja o hacia arriba. Caben multas y, en casos inevitables, la cancelación del funcionario en falta.

Todo eso lo saben los funcionarios cuando asumen sus posiciones.

Lo lamentable es que, en medio de las proclamas sobre la transparencia y la lucha contra la corrupción desde el Estado mismo, estos funcionarios den la nota distinta, poniendo en entredicho todo el andamiaje y plausible propósito de rodear de pulcritud y honestidad el manejo de los recursos públicos, sin que nada les pase.

Mañana vence el plazo que ha dado la ley para que se formalicen las declaraciones juradas entre los que no lo han hecho. La sociedad debe prestar atención para ver quiénes cumplen y quiénes no, y cuál sería la reacción de los poderes del Estado frente a estos últimos... porque algo podrían querer ocultar.