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Un decorado para todas las excusas

Los que han estado en la frontera en estos días han comenzado a ver “postas de salud” en las áreas donde se levantan los “campamentos” que Haití prepara para recibir a sus hijos repatriados desde República Dominicana.

De primera intención, las “postas de salud” sugieren que podrían ser útiles para atender a los heridos o mutilados de una guerra que regresan vencidos o expulsados por sus enemigos y que necesitan atenciones de emergencia antes de llegar a los hospitales.

O también pudiera sugerir que esas “postas” son necesarias en todo campamento de refugiados a los que llegan, abatidos por la desnutrición o la deshidratación, miles de ciudadanos que salieron huyendo de un territorio poblado de racistas y verdugos de los derechos humanos, y que urgentemente necesitan reponerse con abundantes alimentos y medicinas.

El decorado está, como se ve, bien preparado para dar verosimilitud, en el orden interno haitiano pero más que nada, en el internacional, a la inminente “crisis humanitaria de grandes proporciones” que le está causando la República Dominicana a Haití a consecuencia de las “deportaciones masivas” desde este lado de la isla.

Naturalmente que con esos despliegues de campamentos, “postas” y las denuncias de deportaciones, acompañadas de los brumosos presagios de una “crisis humanitaria”, a pocos sensatos convencerán.

Porque ni siquiera en el momento crucial de su verdadera “crisis humanitaria”, la creada por un devastador terremoto en el 2010, el Estado haitiano fue capaz de crear campamentos a posteriori para alojar a sus millares de hijos damnificados, ni ha sido capaz, sucesivamente, de promover campañas nacionales efectivas para evitar las epidemias que se han cobrado miles de vidas.

Pero tampoco ha establecido “postas” u hospitales o clínicas para atender, aun sea en la frontera, donde están las actuales carpas, a las centenares de embarazadas indocumentadas que vienen a parir a sus hijos (gratuitamente, dicho sea de paso) a un país de xenófobos y racistas.

La crisis humanitaria está presente en Haití desde hace muchos años. Y no por culpa de un país que le ha dado albergue a millares de indocumentados haitianos, oportunidades de empleo, de salud y de Educación, sino por culpa de los defectos de su propio Estado y las indolencias de su gobierno, que tampoco fue capaz de ayudar a los haitianos a obtener sus documentos de identidad para que pudieran, con tiempo, regularizar su status migratorio en nuestro país.

Nuestro país debe prestar atención a estos maniqueísmos que Haití está utilizando con la finalidad de echarnos la culpa de su vieja “crisis humanitaria” y de todos los males que padece, y desmontar, como lo ha hecho el Presidente Danilo Medina, el tinglado de esta urdimbre aviesa, maliciosa y perversa que se está tejiendo contra la soberanía y la dignidad nacional al otro lado de la isla.

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