CON EL SUDOR DE SU FRENTE

Rita: probada como el oro en el fuego

Sin planificarlo, hoy Rita Soriano es diseñadora de prendas y propietaria de una joyería que refleja estabilidad.

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Sergio Cid SolanoSanto Domingo

Así como el oro es puesto al fuego para ser refinado, las pruebas por las que ha pasado Rita Soriano reflejan la similitud del proceso por el que pasa el metal, que luego de terminado hace que el mismo muestre el brillo que le caracteriza.

Para Rita, convertirse en una diseñadora de joyas y ser propietaria de una reconocida tienda, nunca pasó por su cabeza. Cuenta que fue de manera circunstancial y un poco doloroso el inicio en el mercado de la joyería, sector que hoy en día le brinda bienestar económico y del cual sustenta a su familia.

Luego de un proceso de divorcio en los años noventa Rita pasa a ser desempleada, situación que la llevó a buscar una solución que permitiera generarle ingresos para sustentarse, es ahí cuando una amiga le sugiere darse la oportunidad de emprender un negocio propio.

Con US$500 que tenía ahorrado, Soriano inicia el que fue su primer escalón en los negocios, el de la venta de ropa interior y prendas. Relata que por vía de una allegada decide ir a una reconocida compañía de telecomunicaciones a ofrecer sus mercancías, las cuales logró vender en su totalidad el primer día de ofrecerlas.

Relata que aquel negocio resultó muy bueno, sin embargo tenía que esperar que sus clientes le pagaran dentro de 15 días, lo que representó un obstáculo para poder comprar nuevas mercancías y venderlas a una nueva clientela.

Rita comenta que a través de una publicidad de préstamos que tenía el desaparecido banco “Bancrédito” adquiere el primer crédito para su negocio, de RD$50,000, el cual pagaba en cuotas de RD$3,477 cada mes.

Mientras narraba, se emocionaba al contar sus inicios y la manera en que tenía que programarse para pagar cada cuota de aquel préstamo, que le permitió abrirse camino y empujar el proyecto con el cual decidió emprender.

“Yo tenía que asegurarme de tener ese dinero ahí para no fallarle al banco”, dice.

Para Rita, planificarse y plantearse objetivos claros desde un principio le han garantizado el éxito en su negocio. Indica que en el año 1991 formuló un “plan de negocios casero” con el cual se proponía alcanzar la meta de RD$5,000 mensuales.

Expresa que el plan consistía en hacer una lista de las personas que conocía y que pudieran ser potenciales clientes, a los cuales llamaba y coordinaba citas para mostrarles lo que vendía.

“De esas personas con las cuales concertaba la cita, al momento de visitarlas aprovechaba y les preguntaba si conocían a alguien más que le pudiera interesar mi producto”, manifiesta.

Con un bulto al hombro y vestida de manera formal, de tal manera que pareciera que trabajaba para una de las empresas que visitaba, Rita comercializaba sus prendas en grandes bancos y compañías.

Explica que para ella, hacer una agenda y planificarse le ha ayudado a organizar su negocio. Su plan de negocio casero, como le llama, cada cierto tiempo se reinventaba, ya que si en un mes alcanzaba la meta de los RD$5,000 mensuales, para el próximo mes se trazaba el objetivo de superar esa cifra.

“Conforme a lo que quería lograr, iba aumentando mis objetivos semanales, quincenales y mensuales”, afirma.

La disciplina se convirtió en su mejor aliada, ya que esto le permitió afianzar una cartera de clientes que le garantizaban la salida de las prendas que mercadeaba. Así, poco a poco Rita hace sus pininos en el sector de la joyería.

Ya para el año 2000 la lista de clientes había crecido y la cantidad de mercancía que tenía era mayor, por lo que decide buscar un local para establecer su negocio y así asegurar las prendas que tenía para la venta. Expresa que para ese año rentó un local en una plaza donde pagaba alrededor de RD$14,000 por el alquiler del espacio.

Lo pierde casi todo A pesar del éxito que fue tomando el negocio de Rita Soriano con el paso del tiempo, hubo una situación que en el año 2006 marcó la vida de la emprendedora, hecho que mientras relataba hacía que su rostro y semblante cambiara y dejara percibir la tristeza que aquella historia aún produce en su persona.

Con lágrimas en los ojos y con voz resquebrajada, Soriano expresa que el 03 de marzo de 2006 fue la última vez que estuvo en su negocio establecido en aquel local. En esa fecha la cual recuerda con dolor, su empresa fue víctima de un atraco donde quien fungía como administradora de la joyería resultó muerta.

Allí lo perdió casi todo, alrededor de RD$5 millones en mercancías fueron saqueadas del local. Luego del trágico momento en el que se vio envuelta, Rita logra recuperar parte de las mercancías robadas y RD$1 millón por parte de la aseguradora que tenía el 30% de las joyas protegidas.

Entre psicólogos, asesores financieros y la justicia pasó un año para que aquella mujer emprendedora lograra salir del difícil proceso que atravesaba.

“Duré un año ausente, ya que emocionalmente estaba en el suelo, pero gracias a Dios y a su misericordia pude salir de la depresión en la que estaba”, destaca.

Negocio establecido Gracias a la perseverancia, el buen manejo que tuvo durante 10 años con sus clientes y los bancos, Rita Soriano se levanta y vuelve con más fuerza al negocio.

Para el 2007 y con nuevas energías, gracias a varias instituciones bancarias que conocían el historial crediticio de la empresaria, Soriano instala su local comercial en otra plaza del país, donde sus clientes, que se convirtieron en sus amigos, no dudaron en brindarle su incondicional apoyo.

Tres años después, la vida le presenta una nueva oportunidad de la mano de Sandra Caputo representante de Blue Mall, quien ofrece a Rita trasladar su joyería a esa plaza comercial donde en la actualidad Rita¥s Joyas (nombre del negocio) tiene seis años.

Hoy Rita Soriano ve la vida con más respeto, pone cada día más empeño en los negocios y asegura que para ella y los suyos “el límite es el cielo”.

Diseños. Rita ha tenido que reinvidicarse para no perder vigencia en el sector de la joyería. Hoy exhibe con orgullo creaciones en Ámbar y Larimar.

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