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ENFOQUE

Cifras de agua a futuro en el país son alarmantes

Si se mantienen los actuales niveles de eficiencia en el uso del agua, la disponibilidad hídrica por persona en 2025 se habrá reducido en la mitad.

Situación. La cantidad de agua que estadísticamente le corresponde a cada habitante en el país alcanzará niveles críticos para el año 2025, cuando se estima que habrá disminuido en un 57%. Mientras en 2005 la disponibilidad per cápita era de 2,628 metros

Situación. La cantidad de agua que estadísticamente le corresponde a cada habitante en el país alcanzará niveles críticos para el año 2025, cuando se estima que habrá disminuido en un 57%. Mientras en 2005 la disponibilidad per cápita era de 2,628 metros

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Solange De La Cruz MatosSanto Domingo

La cantidad de agua que estadísticamente le corresponde a cada habitante en el país alcanzará niveles críticos para el año 2025, cuando se estima que habrá disminuido en un 57%. Mientras en 2005 la disponibilidad per cápita era de 2,628 metros cúbicos por habitante por año (m3/Hab/año), a 2025 esa cifra habrá disminuido a 1,502 m3/Hab/año. Se estima que a este año la población habrá aumentado de 9.9 millones (2005) a 17.3 millones, mientras la disponibilidad de agua se mantendrá constante: 25,967 millones de metros cúbicos por año.

Esos datos están contenidos en el Plan Hidrológico Nacional, el documento más completo con que cuenta el país en esa materia. La investigación fue realizada a requerimiento del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y publicada en 2012.

El conjunto de informaciones generadas es crucial para planificar el futuro hídrico de la nación, pero transcurrido un lustro de que fuera hecho público, no se han implementado las recomendaciones que contiene.

¿Dónde hay mayores complicaciones de agua, conforme este estudio? Las cifras más preocupantes se presentaron para la región hídrica a la que pertenecen el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo: “La región Ozama-Nizao se encuentra en tensión hídrica permanentemente desde 2005 con disponibilidad per cápita de 1,251 m3/habitante por año, lo cual se agravará al 2025 con 715 m3/habitante por año, que ya estaría en el rango de escasez crónica”.

Existe tensión hídrica cuando el suministro de agua disponible respecto a la demanda actúa como una limitante importante para el desarrollo de la demarcación en cuestión. Conforme a las proyecciones, de los 17.3 millones de habitantes que tendrá el país a 2025, 6.8 millones residirán en esta región hidrográfica, lo que representará el 40% de los habitantes del país.

“Estas cifras de disponibilidad per cápita señalan una baja dotación de agua por habitante en la región Ozama-Nizao, lo cual es influenciado por la cantidad de habitantes concentrados en Santo Domingo. Debe recordarse que los datos de disponibilidad de agua corresponden a valores promedios, y que de realizarse las comparaciones con el caudal firme el panorama sería de franca escasez”, se precisa en el documento.

Cuencas hídricas

El agua del país se encuentra distribuida en seis regiones hidrográficas. En el capítulo VI del libro, dedicado al balance hídrico, se indica que la cuenca Yaque del Sur es la que posee mayor disponibilidad de agua, con 5,392 millones m3/año; seguida por Ozama-Nizao, con 4,916 millones m3/año; Atlántica, con 4,851 millones m3/año; Este, con 3,884 millones m3/año; Yuna, con 3,837 millones m3/año, y Yaque del Norte, con 3,086 millones m3/año.

Esta última cuenca mantiene una fuerte presión hídrica puesto que la demanda de agua alcanza los 2,832 millones m3/año, lo que equivale al 92% de su disponibilidad. Se estima que a 2025 presentará niveles de tensión hídrica, desde el punto de vista de la disponibilidad de agua por habitante.

Otra cuenca que también mantiene una fuerte presión hídrica es la del Yaque del Sur, que tiene una demanda de agua de 4,215 millones m3/año, que representa el 78% del agua disponible en esta región hidrográfica.

Datos nacionales sobre el uso del agua en el país indican que, del agua disponible, más del 60% se destina a la producción agropecuaria, seguido de los usos ecológicos, consumo humano, industrial y turismo.

¿Qué hacer?

Para evitar la profundización de la situación expuesta, en el documento se sugieren acciones imprescindibles, como fortalecer los programas educativos dirigidos a la población y a las comunidades para promover una cultura de uso racional del agua y de conservación de los recursos hídricos y las cuencas hidrográficas, así como modernizar las infraestructuras de riego.

“Es recomendable que se diseñen y ejecuten programas específicos de ahorro en el uso de agua para producción de cultivos, que se propongan cambios en patrones de cultivos restringiendo o incentivando estos cultivos en ciertas zonas o regiones y que se programe anualmente la siembra conforme a la disponibilidad hídrica.

La conservación de cuencas debe fomentarse, incluyendo tanto proyectos de restauración de cuencas o reforestación o agroforestación, como de control de erosión”, se indica. Otra acción inaplazable es mejorar la eficiencia de las redes de suministro de agua potable.

En el documento se advierte que, de no emprender las acciones necesarias, la situación se agravará progresivamente: “Con los niveles actuales de eficiencia en el uso del agua, ya en el año 2020 el agua de la cuenca del río Yaque del Norte no será suficiente para cumplir con todos los compromisos del agua y mantener un flujo adecuado para los ecosistemas”.

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