Conectar, emocionar y reputación: ¿En cuál esquina se juntan?

Hoy se habla de la necesidad de emocionar para conectar a los consumidores. Se habla de “love brands’’, de “enamorar para vender’’, del “marketing de emociones’’ y hasta de “marketing humano’’.

Y es verdad. En una sociedad cada vez más globalizada y conectada, la gente dedica mucho tiempo a la conectividad y poco a la información. Para conectar un mensaje hay que ser rápido, preciso y novedoso. Tanto en los medios electrónicos como en las redes sociales.

Por ello, aquellas marcas o personas que mejor están conectando, las que están emocionando, son aquellas que mejor saben contar historias. Son capaces de transmitir sus mensajes, caminando por unas historias muy bien contadas, provocando la atención e involucramiento de sus audiencias.

Pero también es importante señalar que conectar requiere originalidad de la historia, y no menos importante, requiere de la credibilidad de quien la cuenta. Sobre todo para los más jóvenes (los millennials), la credibilidad de sus marcas, su consistencia y responsabilidad, son en muchos casos, características más potentes que la propia innovación.

A este comportamiento responsable, transparente, honesto de las marcas, se denomina reputación.

Que como todo en la vida, en algún momento puede verse amenzada por algún evento no deseado. Pero que, apelando a la humildad y responsabilidad, se reconocen los errores, se indican los correctivos, se recogen las unidades del mercado, por ejemplo, y los consumidores, otorgan su respaldo y lealtad.

Por ello las empresas deben definir cuidadosamente sus valores el posicionamiento de sus marcas, practicarlos internamente, y ejecutarlos consistentemente con sus clientes, provedores y colaboradores.

Emocionar, Conectar y Reputación, se junta en las intersecciones de las calles Credibilidad esquina Consistencia.

Sin [Emoción] no hay [Conexión].