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TRIBUNA ABIERTA

Revolución socioeconómica y tecnológica que exige el país

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Ysócrates A. PeñaSanto Domingo

Para contrarrestar los preocupantes niveles de atrasos socioeconómicos que afectan a los habitantes de nuestras comunidades rurales y de las provincias de sus entornos, las estrategias formuladas por el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), por medio de su Dirección Técnica, definen como una tarea primordial para el Estado, los partidos políticos y las demás instituciones, la motorización de una revolución tecnológica, industrial y social, que facilite a nuestra nación las plataformas que le conduzcan ciertamente a la erradicación de la fragilidad que muestran sus estructuras y fuerzas productivas.

En los referidos propósitos, estas estrategias contemplan que República Dominicana está obligada a encauzar correctamente su desarrollo, sobre todo por el rol que deben jugar sus áreas agrícolas en la solución de los problemas alimenticios que atentan contra la población mundial y la de nuestro propio país, por tanto, le es de importancia capital lograr un mejor ambiente social y estructural para los productores y trabajadores agrícolas y sus familias.

Respecto a lo cual llaman a entender que la solución a los graves problemas que obstaculizan el progreso social y económico en el campo dominicano, deben ir más allá de la asistencia financiera que el Gobierno central y otros sectores puedan ofrecerles a determinados núcleos en la producción agrícola; en razón de que su real remedio está en la debida promoción como seres humanos que requieren las personas que residen en nuestros campos, por medio de cambios profundos del hábitat en el que viven.

Visión necesaria Prevén, en dicho sentido, ver las zonas rurales y los recursos que las mismas detentan, como columnas esenciales del futuro de nuestra nación y de la supervivencia presente y futura de los dominicanos, debiendo, pues, dotarnos de la correcta óptica para generar una revolución social y económica que mejore sustancialmente las condiciones de vida de quienes las habitan, y a su vez, que acelere en ellas el surgimiento de un mejor sistema de producción y comercio, para así lograr la consolidación que ameritan nuestras fuerzas y estructuras productivas.

En adición a esto, para lograr los objetivos propuestos y con ellos un mayor grado de bienestar para las poblaciones rurales y las zonas urbanas vinculadas directamente a estas, corresponde tomar medidas inteligentes que nos garanticen un desarrollo tecnológico, industrial y agroindustrial que facilite insertarnos con eficiencia en los mercados internacionales, sobre todo en Haití y los demás países adyacentes al nuestro.

Lineamientos estratégicos trazados por el CRD Los lineamientos estratégicos que el CRD asume para hacer factibles las metas que permitan el encauzamiento de la revolución tecnológica, industrial y social propuesta, que se debe utilizar como plataforma vial, está la edificación del Ferrocarril Internacional Nordeste-Dominicana-Haití; el Aeródromo Múltiple del Nordeste y además las estructuras de desarrollo que requieren las provincias del Nordeste y el Cibao central, así como las de otras zonas rurales del país.

Este orgsanismo contempla como parte fundamental en estos objetivos, la conversión de las regionales del Ministerio de Agricultura en Viceministerio de Producción y de Biotecnologías, además, un mejor uso de los puertos de Arroyo Barril, de Manzanillo y de Puerto Plata, con la puesta en operación en los mismos de flotas mercantes.

Asimismo, la conversión de las diversas zonas francas en plantas agroindustriales y centros biotecnológicos, teniendo entre sus principales soportes el Aeródromo Múltiple del Nordeste, el ferrocarril internacional y un corredor vial conformado por la avenida de circunvalación de San Francisco de Macorís, la carretera ecoturística y de comercialización Cotuí-San Francisco-Río San Juan y una vía expresa Samaná-Nagua-San Francisco-Tenares-Moca-Santiago.

Además, asumen como parte de la plataforma, el levantamiento de la presa del Alto Yuna, el proyecto agrícola e hidroeléctrico de la presa de los ríos Boba-Bagui y la plena ejecución del proyecto agropecuario Aglipo en el Bajo Yuna, así como la implementación de las estrategias formuladas por el CRD, tendentes a desarrollar nuestros campos y las diversas poblaciones urbanas del país que conforman sus entornos.

El rumbo que es sugerido por el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), a ser plasmado por medio de una revolución tecnológica, industrial y social en el campo dominicano, se trata de un reto al cual debemos abrazarnos todos los componentes de las sociedad dominicana, y así aprender a valorar los recursos que detentamos y que son la garantía de nuestras vidas y las de futuras generaciones; siendo estos factores primordiales para guiar a nuestra nación hacia mejores horizontes.

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