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MANEJO DEL COMPORTAMIENTO

Cuando el cargo laboral “se va para la cabeza”

Negativo. El nivel de empatía de los empleados que presentan este tipo de problemas es muy bajo o nulo, porque se sienten superiores a los demás.

Negativo. El nivel de empatía de los empleados que presentan este tipo de problemas es muy bajo o nulo, porque se sienten superiores a los demás.

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Sergio Cid/Patria ReyesSanto Domingo

Muchas veces cuando una persona asume un cargo gerencial dentro de una organización suele cambiar su manera de ser y se comporta de forma altanera, como si el puesto lo hiciera superior a los demás. Con frecuencia esto ocurre cuando el título se convierte en lo más importante para esta persona.

El convivir día a día en un ambiente laboral con quienes tienen este tipo de comportamiento hace que se produzcan algunas situaciones que se ven reflejadas tanto en el desempeño del personal que le acompaña, como en los resultados de la empresa.

Según el especialista en recursos humanos Horacio Llovet, por lo general las personas a quienes “se les sube el cargo a la cabeza” no se acuerdan de lo que eran antes de asumir la posición en la que se encuentran, llegando algunos incluso a renegar de su existencia anterior.

El experto afirma que esos colaboradores actúan ante sus compañeros de trabajo, con quienes antes compartían el mismo nivel jerárquico, como si éstos fueran una especie de clase inferior con la que no conviene mezclarse.

El psicólogo del Centro Vida y Familia Ramón Emilio Almánzar, en una entrevista para LISTÍN DIARIO, explicó que ese tipo de empleados comienza a tener delirios de grandeza y muestra características de una personalidad narcisista, donde el nivel de empatía es nulo o muy bajo.

Almánzar asegura que esa conducta de superioridad ante los compañeros de trabajo podría venir como consecuencia de un trastorno narcisista de la personalidad. “De igual modo, por situaciones de la historia de vida de esa persona la han llevado a no valorarse como tal y no saben asumir cargos de poder, porque lo utilizan para hacer daño a los demás”, indicó.

Incidencia en ambiente laboral El psicólogo expresa que ese comportamiento podría ser un arma de doble filo, ya que de acuerdo a su criterio, una persona que actúe con superioridad podría lograr metas personales que beneficien a la empresa, pero crearía un ambiente de grupo que daña ese mismo logro, en relación a que la motivación del equipo se verá deteriorada.

Llovet comentó que “algunos se comportan como si fueran infalibles e invalidan a todo aquel que proponga un cambio con el propósito de mejorar, convirtiéndose en destructores de nuevas ideas”.

Añadió que sufren de un terrible aumento del ego, identifican poder y tener con ser. Además, se dicen a sí mismos: “Si tengo más poder que el resto, entonces soy mejor que el resto”.

Al cuestionar al profesional de la conducta sobre si esa actitud puede estar relacionada a un trastorno, Almánzar comenta que efectivamente lo está. “Sí, a un trastorno narcisista de la personalidad, básicamente, o a otro trastorno que habría que evaluar para poder diagnósticar, por ejemplo un trastorno delirante”.

¿Cómo puede ser manejado? Almánzar sostuvo que este tipo de trastorno necesita de una evaluación psicológica y psiquiátrica, para ser diagnosticado adecuadamente, esto para poder dar un tratamiento preciso.

El experto refiere que cuando las personas tienen trastornos es como una “caja de sorpresas”, que en algunos casos no se sabe ante cuáles situaciones o dinámicas van a salir a flote los rasgos. “Los compañeros de trabajo podrían ser una influencia negativa, pero también positiva dependiendo del contexto”, enfatizó.

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