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ENFOQUE

Globalización y elecciones presidenciales en EE.UU.

EL DESEMPLEO FAVORECE LA RETÓRICA DE TRUMP Y SANDERS

Contradicción. En las elecciones de los Estados Unidos se cuestionan los principios de la globalización.

Contradicción. En las elecciones de los Estados Unidos se cuestionan los principios de la globalización.

E E.UU. ha sido el cuartel general de la globalización bajo las banderas del comercio y del capital. Por tanto, resulta conspicuo que en dicho país la globalización muestre notables contradicciones entre la prédica y la realidad y que tales contradicciones se manifiesten en la esfera política.

Los discursos de Donald Trump y Bernie Sanders contienen ataques frontales a la descontrolada expansión del capital financiero; a la desigualdad económica; a la forma como la expansión del comercio ha socavado la manufactura y (en el caso de Trump) al desplazamiento explosivo del factor trabajo (migración).

Como es sabido, el catecismo de la globalización afirma que dicho proceso beneficia a todo el mundo, una varita mágica que ofrece un atajo al camino tortuoso que muchos países recorren para llegar al desarrollo. Si en los países desarrollados algunos pierden sus empleos por la emigración de actividades productivas a México, China y a otros países de salarios bajo, ello no es un problema, con el adecuado reentrenamiento esos desempleados serán reinsertados en actividades productivas de mayor valor agregado y mejores salarios. Además, el consumo de los asalariados se beneficiará al entrar al país mercancías más baratas de buena calidad.

Sin embargo, evidencias empíricas muestran que, para los Estados Unidos, los costos de la globalización están resultando onerosos en lo económico, corrosivos en lo social y desestabilizadores en lo político. Entre 1997 y 2013, la manufactura del país perdió 5.4 millones de puestos de trabajos y 82,100 establecimientos desaparecieron. A partir de 2001, el déficit comercial con China ha provocado pérdidas de empleos en los 50 estados y el Distrito de Columbia y en todos los distritos congresionales excepto uno. En adición, el estudio “Importing Political Polarization?” de David Autor, del MIT, demuestra que mientras mayor ha sido el daño económico infligido al distrito congresional por el comercio con China, mayor ha sido la tendencia a que el candidato que se elija al Congreso tenga posiciones extremistas; de derecha, si la mayoría de la población es blanca, y de izquierda, si la mayoría la componen minorías étnicas.

El NAFTA El Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) fue firmado en 1994 entre México, Canadá y EE.UU. Más allá del efecto que ha tenido en los tres países, Washington utilizó los principios que sustentan este acuerdo en el diseño de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de las políticas del Banco Mundial y del FMI; en la delineación del acuerdo que abrió el mercado norteamericano a China y en otra docena de acuerdos.

NAFTA ha afectado a EE.UU en cuatro formas importantes. Primero, al 2013 NAFTA había eliminado 700,000 puestos de trabajos, la mayoría en California, Texas, Michigan y otros estados de alta concentración de manufactura. La vasta mayoría de quienes perdieron sus trabajos sufrieron una pérdida permanente de ingresos, ya que aunque hubo una pequeña ganancia de empleos (con relación a la pérdida), estos se generaron en actividades de salarios inferiores a los de los puestos desaparecidos.

Segundo, amenazando con mover las fábricas a México, los empleadores consiguieron debilitar los sindicatos y obligar a los trabajadores a aceptar salarios más bajos, además, forzar a los gobiernos locales a otorgarles reducciones impositivas y subsidios. Tercero, NAFTA tuvo efectos destructores en la pequeña empresa y la agricultura mexicana, convirtiéndose esto en uno de los factores del aumento de la emigración ilegal de mexicanos hacia EE.UU., lo que a su vez presionó hacia la baja los salarios norteamericanos, especialmente en las ocupaciones de pocos requerimientos técnicos.

Por último, el déficit combinado de EE.UU con México y Canadá aumentó en valores ajustados por la inflación de US$9.7 billones en 1993, a US$132 billones en 2013, un incremento de US$122.5 billones o 1,258%.

En lo político, NAFTA representó la confirmación de que el Partido Demócrata había aceptado la agenda económica diseñada por Reagan y los republicanos y completaba el abandono de la clase trabajadora. Fue Reagan quien propuso el acuerdo en 1979 bajo el nombre de “Acuerdo de Norte América” y fue su sucesor republicano, George W. Bush, quien lo negoció con México y Canadá diez años más tarde, pero un Congreso bajo control demócrata no lo aprobó. Fue Bill Clinton, un “Nuevo Demócrata” (eufemismo para denominar a los demócratas convertidos a la doctrina económica de Reagan) quien, contra todo pronóstico, hizo aprobar NAFTA en su primer año de gobierno.

Discursos anti-sistema El éxito que han tenido los discursos anti-establisment de Sanders y Trump ha generado asombro en la comunidad de intelectuales al servicio de la élite dominante en EE.UU. Más que asombrarse, deberían auto-congratularse. Desde el arribo de Ronald Reagan al poder en 1981, ellos impusieron un consenso que ha implicado la conformidad con políticas económicas que por cuatro décadas han profundizado la desigualdad, como lo muestra Thomas Piketty en “El Capital en el Siglo XXI”. El verdadero asombro es que solo ahora dicho consenso empiece a agrietarse.

El autor es economista y representó a República Dominicana en el FMI

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